El virus de la inmunodeficiencia humana o VIH es el virus que causa el sida en su fase más avanzada de la infección.
El VIH ataca a las células CD4 (linfocitos CD4) del sistema inmunitario encargadas de combatir infecciones y algunos tipos de cáncer. Es importante un diagnóstico precoz para evitar llegar a la fase más avanzada de la infección. El VIH sin tratamiento puede convertirse en SIDA (Síndrome de la inmunodeficiencia adquirida).
El VIH se contagia a través de contacto directo con secreciones vaginales, rectales, leche materna, líquido preseminal, semen y sangre de una persona seropositiva. El mayor número de casos se propaga sobre todo por relaciones sexuales y por el uso compartido de jeringuillas en personas drogodependientes.
Tras dos o cuatro semanas de la posible exposición al virus VIH, algunas personas pueden presentar síntomas parecidos a los de la gripe: frío, escalofríos o fiebre, entre otras. En cambio, otras personas pueden presentar dolores musculares, dolor de garganta, inflamación de los ganglios linfáticos e incluso muchas pacientes pueden sentirse asintomáticos durante la etapa inicial de la infección por VIH.
Sin tratamiento, estos síntomas pueden convertirse en síntomas más graves de la infección e incluso dejar paso a infecciones oportunistas cuyo riesgo será más alto en personas inmunodeprimidas que en personas con un sistema inmunitario sano.
El VIH se contagia de una persona a otra a través de ciertos líquidos corporales de una persona seropositiva, incluyen:
- Sangre
- Secreciones vaginales
- Semen
- Líquido preseminal
- Secreciones rectales
- Leche materna
El virus de la inmunodeficiencia humana o VIH puede manifestar síntomas o no. Sin embargo, el diagnóstico se realiza a través de un análisis de sangre.
La prueba rápida para la detección del VIH detecta anticuerpos contra el VIH en una muestra sanguínea y da resultados cualitativos sobre si una persona muestra una fuerte actividad cruzada antigénica.
A día de hoy, existen muchas estrategias o métodos para evitar la exposición y el contagio por VIH, entre ellos:
- Uso de preservativos para mantener relaciones sexuales seguras.
- Evitar compartir jeringuillas si se inyecta drogas y evitar ingerir droga.
- Conocimiento de la PrEP (profilaxis prexposición)
Es importante realizar controles si usted cree que ha mantenido contacto de riesgo con un paciente con VIH.
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Para conocer si el usuario manifiesta la infección por VIH y ha generado anticuerpos, el test rápido de VIH es el idóneo para obtener toda esa información. Los resultados y su interpretación pueden ser:
POSITIVO: Aparecen dos líneas marcadas con color, una en la región (C) que indica que la técnica se ha realizado correctamente y otra línea en la región de la prueba (T). Estos resultados significan que el paciente tiene el virus de la inmunodeficiencia humana.
NEGATIVO: Aparece una línea de color en la región de control (C) y no se observa ninguna línea en la región de prueba (T).
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